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un día cualquiera

Va, pensiero

Va, pensiero

Va, pensiero, sull’ali dorate,
va, ti posa sui clivi, sui colli,
ore olezzano tepide e molli
l’aure dolci del suolo natal!

Nabucco, Giuseppe Verdi/Temistocle Solera



Un verano de dedicación total a la vanidad de la creatividad da sus frutos. Muchas son las ideas que salen de la penumbra y comienzan a tomar forma, mientras las manos, llenas de barro, juegan al erotismo del moldeo, con la sensualidad de aquel que, inspirado, corre hasta la meta de lo que se considera canónicamente estético.

La mayoría de las posibilidades artísticas son reducidas a la mediocridad, a la imposibilidad de desarrollar el concepto. He aquí la mayor proporción de inutilidades, de misceláneas varias que quedarán en la gaveta de lo hecho y no sirve para nada.

Otras, la minoría, son finalizadas con gusto, o con duende como dicen en el sur de la Metropolitania.

Pero no importa. No es vergüenza lo que se siente al observar la diferencia que inclina la balanza al lado del fracaso. Mucho es el trabajo realizado, mucho es el esfuerzo producido y mucho es el placer onanista del autor que hace.

No importa que no valga o que se estanque en el déficit.

Sinceramente, no importa.

 

2 comentarios

Majek n' Tedote -

Mery! Cuando quieras aquí estamos para ayudarte a encontrar el orden del caos.
Lo de la locura tuya (y nuestra) es innata.
No te preocupes por eso.
Mejor, preocuparse por qué sabor tendrá el café mañana.

Un polo y un beso

María -

Bonito...
no importa dónde se queden nuestras misceláneas, estoy de acuerdo. Yo tengo mil y unas, perdidas, desordenadas por algún lugar.

Mi verano... poner orden en lo material (muchos años fuera). Demasiado polvo! Estoy agotada de remover recuerdos (viejos).
Luego, los nuevos, se remueven solos... allá van: nei miei pensieri.
Me están volviendo loca, Fran.
Muchos besos.