Absurdamente negativo
Parece que en esta absurda realidad, todo vale.
Bajar de mi exilio para encontrarme con la urbe, no ha sido del todo bueno: no me he adaptado y no tengo ganas de hacerlo. La ciudad no es lo mío, no me llama, no me atrae, no me seduce con sus libidinosos colores. Lo encuentro todo patas arriba, sin orden y, que es más importante, sin sentido. Correr de un lado a otro, ver coches, guaguas, papeles, gente, edificios, carteles, obras, leyes... no es lo mío. Prefiero la constancia y la gratitud del campo, que, para mi, tiene un sentido verdadero. Encontrarte a ti y tu relación con la natura y la sociedad.
Hoy es un día depresivo, como casi todos los que paso en esta pequeña plaza de la metrópoli en nuestra tierra. Ya nadie respeta el suelo, nadie se para a mirar donde pisa y ¡por qué pisa! Mi destino es construir mi propio camino, con adoquines fuertes de experiencia, como los de la Calle Real en mi capital palmense. Probablemente suelte pestes porque ya no me despierto temprano. Me ha invadido la pereza mañanera del civilizado, y el éxtasis de la nocturnidad salvaje.
Creo que hoy, mejor me callo. Tendré que volver a la biodinámica.
Con boca chiquita: Hablar de mi reencuentro espiritual con mis amigos y el WOMAD, lo hago en otro momento. No se merecen mis energías negativas.
3 comentarios
soyxana -
Majek n' Tedote -
soyxana -
Yo he translado mis cosas y mi vida de un lugar en el que apenas hay mil quinientos habitantes, en el que llevaba practicamente toda mi vida respirando aire puro, paz y tranquilidad para situarme en plena urbe alrededor de otras tres millones doscientas mil personas que caminan sin rumbo.
Hoy he es peor de los días desde que he llegado, ni si quiera he tenido fuerzas para levantarme e ir al trabajo. Estoy en mi cama, acurrucada, deseando que todo se quede en silencio para poder... descansar.