Rostro
No me corto. Que me vean.
Táchenme de terrorista constitucional con sus investigaciones
al verme quitar las cadenas españolizadoras.
Tal vez no sea ni hoy ni mañana,
pero llegará el día en que se te saldrán los ojos de las cuencas
al darte cuenta de que aquí ya no te tenemos miedo.
Entonces dirás que no se te salieron,
sino que fueron tus hijos cuervos los que te los quitaron.
Seré el primero en disfrutar del sabor de esa sangre,
que es roja y amarilla,
que chorreará de tu cráneo infecto.
Dejaré mi penitencia
para conocer el sabor de tu cadáver.
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