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un día cualquiera

Musicaneado [Malagueñas del niño moro]

Mis últimos post están guardados en la Gaveta de músicas  por una sencilla razón: Escucharla, es lo que más hago en mis ratos libres, que son pocos, pero fructíferos en cuanto a disfrute personal se refiere. Tanto gozo al escuchar esas vibraciones trasmitidas por el aire (y otros elementos en los que estoy en contacto) que quiero aquí exponerlo y compartirlo.

La música es maravillosa, es costumbre. Nos gusta lo que ya estamos acostumbrados a escuchar y repudiamos todo aquello que no se asemeja a algo que ya teníamos en nuestra memoria. Si no, díganselo a los niños, que son capaces de escuchar mil veces una misma canción y no cansarse.

Como le dije a Zafferano en el post anterior la harmonía (o armonía como le dicen ahora, musicalmente hablando) no es más que la descripción de los patrones musicales que hacen que las cosas suenen bien, o mal, según su juicio. Claro está, que la harmonía se basa en conceptos demasiado tradicionales, por lo que la música harmónica suele ser bastante parecida y casi siempre suena a coro de iglesia. Normalmente, los genios musicales la majan para extraer la sustancia pura, que es mezclada con un fisco de originalidad en innovación, haciendo una salsa realmente deliciosa que nosotros llamamos mojo obra maestra.

¡Qué se lo digan a Mozart! Que sus obras, tras cientos miles millones de análisis musicales, sólo tienen un 20% de nuevo. Lo demás, ya había sido escrito.

Aquí les dejo con una de las maravillas maravillosas de uno de los genios musicales de nuestra Nación Canaria, verdadero Paraíso para algunos pocos gobernantes, familiares de y/o amigos de.

Malagueñas del niño moro, como su título indica, está basada en el género musical proveniente del fandango. Aquí, Tajadre nos deleita con un fisco de este mojo esta obra maestra creada por el palmero Juan Francisco Medina Concepción, que un día me inscribió en el registro civil como Francisco Medina Fernández pero que me llama Hijo o Majek n' Tedote.

Malagueñas del niño moro

Al niño moro que sueña
oyendo al agua cantar:
Le van besando la frente
las estrellitas de mar.

La luna mora lo lleva
a un palacio de cristal
más allá del horizonte.
El niño vuelve a soñar.

La madre mora lo acuna
desde que salió a la mar,
y la patera lo arruya
como si fuera a jugar.

¿A dónde la madre mora
y el niño moro a qué va?
La luna mora los guía
sobre las olas del mar.

Juan Francisco Medina Concepción

 

PD: Disculpen si mi transcripción de la canción tiene alguna errata. 

 

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