La primera página de un libro
En el nombre de Allah, el Misericordioso, el Compasivo.
(1) Las alabanzas a Allah, Señor de los mundos.
(2) El Misericordioso, el Compasivo.
(3) Rey del Día de la Retribución.
(4) Sólo a Ti te adoramos, sólo en Ti buscamos ayuda.
(5) Guíanos por el camino recto,
(6) el camino de los que has favorecido,
(7) no el de los que son motivo de irani el de los extraviados.
La sura que abre (El "Libro"), El Noble Corán
Dicen que las relaciones cibernéticas producen la pérdida irremediable de humanidad, la deficiencia empática o la imposibilidad de la socialización necesaria para cualquiera. También dijeron que la televisión era una caja tonta que no duraría ni dos asaltos.
La verdad, que en mi vida digital, su uso me ha ayudado en varias ocasiones a comprender, conocer o, simplemente, a sonreir cuando la realidad física era totalmente desesperanzadora.
Así es como caí en el blog No todo el monte, magnífica gaveta de palabras creada por una compañera de trabajo. La relación se estrechó gracias al abuso de su lectura (desde que lo encontré no me perdí ningún post) y el filin ese del que hablan los extranjeros posibilitó una amistad.
Es aquí cuando, pertinaz, defiendo la blogosfera, la web 2.0 y sus aplicaciones prácticas en la vida real (esa que te da un cachetón todas las mañanas cuando te das cuenta de que renaces).
Gracias a esto, un día cualquiera, alguien conocido mediante la socialización de la triple dobleuve te dice:
- Ayer estabas serio, ¿te pasó algo?
Y tu contestas:
- No, nada.
Y por dentro continúas:
- Pero muchas gracias por preguntarlo, amiga.
Pero esto es sólo la primera página del libro.