No me agacho
A los gobernantes canarios siempre les ha gustado copiar adaptar las ideas originales de otros para traerlas a estas tierras ultraperiféricas. Las ideas de la metrópoli nos dicen que son mejores y por eso tratan de enseñarnos las costumbres ibéricas tan cercanas a esta Nación Canaria.
El presidente de La Rioja se va de botellón a la fiesta de Letras de la UR y yo ya imagino al Pauli o a Don Pimpón paseándose cual pibitos por el césped de Guajara con un canuto, o a otros compañeros de la CoCa fajándose en el baño de algún bar de moda por tirarse la raya más larga.
Y es que aquí la cosa no va bien. Ya pasamos del gofio, los plátanos, los tomates y las papas para meternos de lleno con las piscifactorías de carpas en los tanques vacíos del valle de Aridane. ¡Esa es la solución para nuestros males! Nos dedicamos a alimentar tilapias comemierda con cáscaras de plátanos y otros restos de las fincas, para después pasarlas por la plancha con alguna receta "tradicional" rescatada del pasado cultural imaginario del que sacan fiestas tan típicas como la Feria de Abril de Las Palmas de Gran Canaria.
Seguirán con la corriente del disparate en nuestra isla, fomentando el cariño de nuestros compatriotas hacia la burguesía reinante de maquiavélicos planes. Todo por transformarnos en trabajadores del sector servicios que tanto hacen falta para atender con una sonrisa perfecta a la inmigración de aeropuerto que llega todos los días.
A mi no me van a callar y ¡que me llamen terrorista constitucional! Que me pongan una multa por decir la verdad y arrancarme la venda españolista de los ojos y la boca, o por no abrir más el culo para que me metan el divino mazo judicial.
Que los follen a ellos, que ya están acostumbrados a arrodillarse ante el rey y en placer pagarle los favores por la conquista y por todos aquellos males que el pueblo canario haya podido ocasionar por exigir lo que es suyo.
Yo, por eso, no me agacho.
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Awara -