Olas de Viernes Santo
Hoy no sólo las olas golpearon las rocas.
Golpearon corazones,
corazones que ya no serán los mismos,
y que ahora ya no son los que fueron.
Porque el tiempo pasa,
y no quiere decir que pase a mal.
Simplemente da pasos agigantados.
Hoy no sólo las olas golpearon las rocas.
Golpearon las miradas,
miradas que no se cruzaron ni un instante.
Tan sólo para no coincidir,
porque duele más mirar a los ojos,
que cerrarlos durante un segundo.
Hoy no sólo las olas golpearon las rocas,
y por eso mi alma está de blanco.
Blanco inmaculado en un Viernes Santo.
(Las rocas soportaron las olas...
...¿y yo?, ¿podré soportarlas?)
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