Melancolía
Y un día llegué a mi habitación y la había perdido. La busqué en la caja en la que últimamente solía dejarla, pero estaba abierta y dentro no había nada. Desapareció como si de nada antes se hubiera tratado, como si no hubiese existido. Silencioso, recorrí con la mirada palmo a palmo todo mi alrededor, pero nada. En ese instante, descubrí que no la extrañaba, que prefería que se marchara a estar feliz a su lado.
Ahora lo pienso y creo que la quería, pero eso no vale para nada. Ella es así, te toca con su presencia y ahí es cuando te absorbe, cuando te impregna la piel con su olor y nunca más podrás deshacerte de ella cuando tu quieres, es más, se marchará cuando ella quiera. Es así, tampoco es que me guste ponerme dramático, y sólo descubrirás esta sensación cuando la tengas.
Ahora, mucho tiempo después desde ese día, de vez en cuando me viene a visitar a mi casa. Esos días, cuando noto su presencia mucho antes de que ella llegue, nos lo pasamos juntos todo el rato. No importa lo que hagamos, aunque nos encanta escuchar música, simplemente estamos juntos recordando viejos tiempos, eso sí, sin extrañarlos, que como decía mi profesora: "eso no es bueno".
A veces, cuando estoy solo en casa, deseo que venga, y pasar la tarde en la cama, como antes, pero no viene. Se las da de importante y no vendrá hasta que sea estricatamente necesario. Ayer por ejemplo, se marchó mucho antes de haber terminado de preparar el primer café, casi no estuvo. Mas que una visita fue como un sueño. Pero mejor así, prefiero no verla. Aunque ya no sienta nada por ella siempre es mejor no forzar la tuerca, porque te puedes pasar.
Hoy, simplemente miro por la ventana y cuento, una a una, todas las estrellas que me han regalado. No sé si contaré a la Luna porque la conozco... Ya vendrá luego protestando como una niña chica (a esta Luna no le gusta que la confundan con las estrellas).
Ahora lo pienso y creo que la quería, pero eso no vale para nada. Ella es así, te toca con su presencia y ahí es cuando te absorbe, cuando te impregna la piel con su olor y nunca más podrás deshacerte de ella cuando tu quieres, es más, se marchará cuando ella quiera. Es así, tampoco es que me guste ponerme dramático, y sólo descubrirás esta sensación cuando la tengas.
Ahora, mucho tiempo después desde ese día, de vez en cuando me viene a visitar a mi casa. Esos días, cuando noto su presencia mucho antes de que ella llegue, nos lo pasamos juntos todo el rato. No importa lo que hagamos, aunque nos encanta escuchar música, simplemente estamos juntos recordando viejos tiempos, eso sí, sin extrañarlos, que como decía mi profesora: "eso no es bueno".
A veces, cuando estoy solo en casa, deseo que venga, y pasar la tarde en la cama, como antes, pero no viene. Se las da de importante y no vendrá hasta que sea estricatamente necesario. Ayer por ejemplo, se marchó mucho antes de haber terminado de preparar el primer café, casi no estuvo. Mas que una visita fue como un sueño. Pero mejor así, prefiero no verla. Aunque ya no sienta nada por ella siempre es mejor no forzar la tuerca, porque te puedes pasar.
Hoy, simplemente miro por la ventana y cuento, una a una, todas las estrellas que me han regalado. No sé si contaré a la Luna porque la conozco... Ya vendrá luego protestando como una niña chica (a esta Luna no le gusta que la confundan con las estrellas).
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