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un día cualquiera

Comentando (I)

Comentando (I)

Parece como si de verdad te estuvieran diciendo cómo sucedieron las cosas...

... en vez de parecer lo que es:

PURA MIERDA.

Menos mal que me queda Marruecos y, si la cosa fuera chunga, nos marchábamos para Portugal o con el Rey en el Exilio.

Pero vamos a ver... ¿las hojas de reclamaciones se creen que yo las pongo por gusto? Esto es lo que pasa por vivir en una ciudad (autogobernada) en la que, de sus ochenta mil habitantes de pura raza caballa, setentaicinco mil son (no de derechas) sino ¡fachas! Que por haberlos... los hay de derechas y de izquierdas.

Ahora... tras haber soltado toda la mierda que producía retortijones aclaro, aunque será esta historias, por partes:

Un maravilloso día, de estos que tiene el Revellín, así de alborotado, con obras, gente y funcionarios caminando como si tuvieran rumbo; tras pasar la Calle Real (que como siempre está en obras) me cojo un empute tremendo y antes de entrar al SUPERSOL-DELICATESEM (que no se llama así, sino SUPERDISTRIBUCIONES CEUTA) ya voy mal. ¿Pues no voy a ir mal si para llegar a un supermercado más-o-menos decente tengo que atravesar un mundo de profanaciones, blasfemias, calumnias y aberraciones contra la fe social o, lo que es casi lo mismo, "intento cruzar un lugar en obras con las mínimas condiciones de seguridad", que por estas tierras sureñas es algo normal. Pero lo que es mejor, no hacen falta obras para que la calle esté instransitable.

Continuo pues, entro en el SuperSol Delicatesem (a partir de ahora lo llamaré SuperD, que me parece más chistoso) y quiero huevos. Ya sé que es una locura pedir huevos en un supermercado, pero vamos, que yo, con todo mi valor... los pedí. ¡Y qué pretención! Voy a la charcutería en donde NO HAY NADIE, salvo un señor bajito que no tenía pinta de estar trabajando allí. Pues nada, me informo de que es el encargado el que tiene que atenderme...

(continuará)

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